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POLITICA

12 de octubre de 2025

¿Nueva Convertibilidad de Milei en Argentina? Consecuencias Clave para la Economía

Analizamos los riesgos y beneficios de un anclaje cambiario al estilo de los '90: ¿Estabilidad duradera o inevitable colapso económico? Expertos advierten sobre el atraso cambiario y la pérdida de competitividad.

La historia económica argentina ha revivido un fantasma de los años '90: la posibilidad de una nueva Convertibilidad. Si bien el presidente Javier Milei ha impulsado un programa de estabilización fiscal riguroso, la idea de un tipo de cambio fijo con respaldo de reservas, o un esquema similar para "atar" el valor del peso al dólar, sigue generando intensos debates.

La primera Convertibilidad (1991-2001) es vista por sus defensores como la década de la estabilidad y el fin de la hiperinflación. Sin embargo, su colapso en 2001 dejó cicatrices profundas, por lo que una repetición del esquema presenta un doble filo: beneficios inmediatos frente a riesgos estructurales a mediano plazo.


 

Beneficios Inmediatos: El Fin de la Inflación

Si el gobierno de Milei implementara una nueva Convertibilidad, el principal impacto positivo sería la estabilidad de precios. El tipo de cambio fijo funcionaría como un ancla poderosa, eliminando de golpe las expectativas inflacionarias y la posibilidad de emitir dinero para financiar al Tesoro.

  1. Caída de la Inflación: La atadura al dólar eliminaría la principal fuente de emisión, llevando la inflación a niveles internacionales.

  2. Reducción del Riesgo País: Al eliminar el riesgo de devaluación (riesgo cambiario), las tasas de interés que paga el país por su deuda tenderían a bajar drásticamente. Esto facilitaría el acceso al crédito y la inversión externa.

  3. Aumento de la Confianza: La estabilidad cambiaria podría generar una afluencia de capitales (dólares) que volverían al sistema bancario y productivo.


 

Riesgos a Largo Plazo: El Fantasma del Atraso Cambiario

La lección más clara de la Convertibilidad pasada es que el sistema es extremadamente frágil a los desequilibrios económicos y no perdona la pérdida de competitividad.

El principal peligro reside en el atraso cambiario. Si el tipo de cambio se mantiene fijo (por ejemplo, $1 = USD 1) mientras los precios internos, los salarios y los costos de producción en Argentina continúan aumentando (aunque sea levemente), los bienes y servicios argentinos se vuelven progresivamente más caros para el resto del mundo.

Esto provocaría:

  • Pérdida de Competitividad: Las exportaciones se encarecerían y las importaciones se abaratarían, perjudicando a la industria nacional.

  • Deterioro de la Balanza Comercial: El país consumiría más dólares de los que genera, provocando una fuga de reservas.

  • Aumento de la Deuda: Para sostener la paridad cambiaria ante la falta de dólares, el Estado se vería obligado a endeudarse cada vez más, replicando el modelo de "deuda-dependiente" que llevó al colapso de 2001.


 

La Pérdida de Herramientas de Política Monetaria

Una nueva Convertibilidad también significaría que Argentina renunciaría a la política monetaria. El Banco Central perdería la capacidad de utilizar la tasa de interés o la emisión de dinero para estimular la economía en épocas de recesión o actuar como "prestamista de última instancia" en caso de pánico bancario o corrida financiera.

En este escenario, el único mecanismo de ajuste para recuperar la competitividad sería la deflación (la caída de precios internos y salarios), un proceso social y políticamente muy costoso que suele derivar en profunda recesión y alto desempleo.

En conclusión, mientras que una nueva Convertibilidad podría ser un shock de confianza para la estabilidad de precios, la experiencia histórica indica que, sin reformas profundas que garanticen la competitividad y sin una enorme acumulación de reservas, la atadura cambiaria es una solución de muy corto plazo que aumenta la vulnerabilidad externa del país.



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