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FúTBOL

15 de diciembre de 2025

Fue campeón con el River de Ramón Díaz, jugó en Europa y ahora tiene una escuela de música en un pequeño pueblo: “Una magia inexplicable”

Juan Pablo Raponi le convirtió un gol a Boca Juniors en Miami, recorrió Inglaterra y España en el Viejo Continente, se retiró profesionalmente en 2019 y vive de las inversiones que hizo como futbolista, mientras da clases en el establecimiento creado por él y se desempeña como entrenador en Santa Fe

Juan Pablo Raponi atiende a Infobae desde su primera casa. Álvarez, un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe con una población inferior a los 7.000 habitantes, según el último censo, cobijó sus inicios en el fútbol hasta que River Plate halló su talento en una prueba realizada en aquella región del Litoral y no lo dejó escapar. A mitad de 2001, cuando la Argentina iba dirigida a un colapso económico, el joven que animaba las concentraciones de Reserva con su guitarra fue promovido por Ramón Díaz en una de las primeras decisiones del Pelado en el inicio de su segundo ciclo dentro del Millonario. Hoy, el campeón del Torneo Clausura 2002 transita una vida muy distinta y el rugir de los hinchas fue reemplazado definitivamente por el sonido de los instrumentos en una escuela de música creada por él en 2019.

 

Meses más tarde al encuentro que marcó el estreno de Pellegrini en el banco, Raponi fue cedido a la Universidad de Chile, Banfield y Olimpo hasta que Ramón Díaz lo llevó a Inglaterra para jugar con la camiseta del Oxford United durante el primer semestre de 2005. “Me vio, me eligió, me bancó y me ayudó para que yo pudiera cumplir el sueño. Agradecido toda la vida a él”, confesó sobre su padre futbolístico en la Primera División del fútbol argentino.

Una de sus primeras decisiones post retiro estuvo vinculada a su segundo amor: la música. Así nació la escuela que tiene a Juan Pablo Raponi como su director y que sobrevivió a un año de cierre por la pandemia de COVID-19. “No vivimos de esto. Estamos muy lejos de poder sostener a mi familia con esto. Nosotros somos ahora todos profesores que ninguno vive de la escuela de música”, afirma la persona de 43 años que reparte su tiempo en las aulas y el fútbol, ya que también entrena a la categoría 2013 de Unión de Álvarez, club que lo vio nacer futbolísticamente.

- Era un chico de pueblo. Tengo tres hermanos, dos hermanas y un hermano. Tuve una infancia linda en el pueblo, tranquila, con mucha tranquilidad en el pueblo, donde jugábamos ahí con los amigos del barrio.

- Sí, mirá... Tuvimos un regalo que nos hizo mi mamá a los cuatro hermanos, que fue una guitarra, que yo tenía trece años, catorce años. Ahí empecé a involucrarme con la música, fui a aprender guitarra. A esa edad, tenía unos amigos de mi hermana que tenían una banda de folklore, y empecé a tocar con ellos, cuando estaba acá en el pueblo. El grupo se llamaba Amanecer. Cuando íbamos a las peñas ya se me juntaba... Yo jugaba acá en Unión de Álvarez, entonces ya se me empezaba a juntar con los partidos de la mañana, entonces mi papá un día también me dijo que no iban de la mano las dos cosas. Así que bueno, ya después de ese grupo no pude salir más a las peñas y me dediqué más al fútbol. Todo fue cuando tuve un problema de rodilla y estuve casi un año sin jugar. Tenía osteocondritis, entonces, en ese momento empecé a aprender música. Y después, a lo largo de mi carrera siempre fui comprando instrumentos, fui aprendiendo, pero el comienzo de la música vino por ese lado, por la guitarra, que hasta hoy en día la tengo y está ahí en la escuela de música.

- Sí, siempre, ya de chico, en las navidades, yo armaba baterías con tarritos. Justamente el otro día lo recordaba con mi mamá, porque una de las últimas muestras que hice en la escuela de música toqué la batería y entonces, justo le mandé un video a mi mamá, le digo: “Pensar que cuando tenía seis, siete años armaba la batería con nada, con repuestos de lo que encontraba”. Me venía a la memoria eso. Siempre de chico trataba de hacer música con lo que tenía.

- Porque el fútbol era mi vida, desde que tengo uso de razón jugábamos todo el día, teníamos una canchita frente a mi casa. No había otro deseo para nosotros en el barrio que jugar a la pelota. Teníamos eso, nada más. El fútbol era lo primero, lo segundo y lo tercero.

- ¿Y cómo surge la posibilidad de irse a River?

 

- Justo cuando yo empiezo y vuelvo de la lesión, creo que a los seis meses hacen una prueba, acá en el club se hizo una movida. Vino un grupo de trabajadores profesionales, empezaron a traer personas a ver jugadores y también a llevar a diferentes equipos. Seleccionaron algunos chicos y después volví otra vez a ir tres días a Buenos Aires y ahí me dijeron que definitivamente tenía que volver. Me fui para allá entre los 15 y 16 años.

 

- Fue duro. A su vez eran las dos caras. Era el sueño que tenía y después todo lo que implica el cambio, de pasar de estar en un pueblo, rodeado de la familia, de los amigos a meterte en una ciudad monstruosa. Tuve la fortuna de estar viviendo dentro del club, en la pensión, donde también estábamos compartiendo con los chicos y estábamos cuidados. Hacíamos una vida parecida a lo que era el pueblo. Íbamos al colegio, pero River es una ciudad misma dentro de la ciudad. Estábamos protegidos y ayudándonos, porque estábamos todos los chicos en la misma situación.

- Al principio no, pero después sí, me la llevé. Era de todos los hermanos, pero me la llevé al otro año, porque en un momento me llama la Reserva para ir a un partido a otra provincia y me pidieron los chicos, sabían que yo tocaba la guitarra, porque ahí en la pensión tocábamos la guitarra, entonces me la llevé también a ese viaje.

- Sí, acompañaba. En aquel momento estaba Diego Cochas, un chico de Córdoba, que le daba siempre, pero cuando él también se dio cuenta que a mí me gustaba y que podía acompañar, estábamos ahí. Siempre tratamos de meterle un poco de diversión a la pensión y a las concentraciones. Siempre nos juntábamos con los chicos en la habitación y creo que también es una forma de poder ayudar, compartir y pasar el momento también.

- Sí, inevitablemente te cambia la persona en cuanto al carácter. No hacía la misma vida que un chico de catorce, quince años en el pueblo. Lo que tenés que tratar de hacer es que no cambie tu esencia, pero después hay cosas que cambian porque te cambian las circunstancias. Yo obviamente cambié y en el sentido de que tuve que empezar a hacerme cargo de mi propia vida a una temprana edad. Te encontrás que tenés que empezar a enfrentarte a cosas. Más allá del acompañamiento de la familia, por momentos te encontrabas solo, y bueno, eso es claro que te cambia el carácter.

- Los recuerdos son todos lindos, de disfrute más allá de jugar o no jugar. Era un sueño cumplido, es lo que siempre quise. Y después, obviamente, tenés más relación con uno que con otro, también por una cuestión de edad, pero los recuerdos son siempre los mejores. Más allá de las anécdotas, siempre le comento a mi familia... Por ejemplo, todo lo bueno que Pipino Cuevas ha sido conmigo cuando por ahí nos llevaba al entrenamiento, nos traía o nos pagaba una merienda, esos son los recuerdos que te quedan más allá después si jugaste bien mal o si hiciste un gol o no. Esos son los recuerdos que te termina dejando, de cómo se comportaron con vos y aparte de ser grandísimos jugadores como vos nombraste. Tuve la fortuna de estar con jugadores de elite que han jugado mundiales, que han llegado muy lejos, pero me quedo con la humildad que ellos tenían cuando estábamos en la pensión y charlábamos y por ahí cruzarte después de tantos años y que te sigan tratando como cuando estábamos en la pensión, eso no tiene precio.

- ¿De qué hablaban en esas conversaciones? ¿Te han llegado o les han llegado a dar consejos para encarar su carrera?

 

- ¿Eso te ayudó para encarar tu carrera, saber cómo destinar tus ingresos?

- ¿Qué significó Ramón Díaz en tu carrera?

¿Él te lleva al Oxford United?

- ¿Cómo fue esa experiencia en Inglaterra?

Y vos inicialmente, ¿por qué decidís irte de River?

- Vos fuiste campeón con River. ¿Guardás la medalla?

- Tiempo atrás dijiste que no te gustaba todo lo que estaba alrededor del fútbol. ¿Qué es lo que rodea al ambiente?

- Has dicho que te han caratulado de “asqueroso” por no querer dar notas y ser introvertido y te han definido como la antítesis del futbolista. ¿Te sentís así?

- ¿Cuáles?

- ¿Cuándo y por qué decidís retirarte?

- ¿Te preparaste para el día después del retiro?

- Recién decías que te ayudó la música. ¿Cómo te ayudó?

- ¿Cómo decidís crear la escuela de música? ¿Cuándo surge ese pensamiento: ya en tu etapa de futbolista o algo sucede después?

- ¿Ustedes viven de la escuela?

- ¿Tenés otros trabajos?

- ¿Cuándo casi se cierra la escuela y por qué decidiste conservarla?

- ¿Siempre fuiste el director?

- ¿Vos te has capacitado, por ejemplo, para dar clases o preferís más el lado administrativo?

- Recién me decías que tocabas algunos instrumentos. ¿Cuántos sabés tocar en total?

- ¿Qué funciones tiene la escuela? ¿Y qué funciones desempeñas vos en el día a día?

- ¿Qué disfrutás más: jugar al fútbol o cuando, por ejemplo, tenés que dar clases?

- Y además, dedicarte a la música fue un cambio radical en tu vida después del retiro...

- Has dicho hace un tiempo atrás que si era por vos tendrías una casa en el campo, pero que lo tenías que hablar con tu pareja, María Fernanda: ¿Cómo es tu vida actual hoy en día, alejado del fútbol?



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