31 de marzo de 2025
Descubren en un fósil de avispa un método de reproducción jamás registrado en insectos

El análisis de ejemplares de alrededor de 99 millones de años conservados en ámbar reveló una forma singular de interacción biológica, basada en una adaptación estructural sin antecedentes en registros anteriores
La particularidad más sobresaliente de S. charybdis es el complejo aparato conformado por tres estructuras tipo colgajo formadas por secciones modificadas de los segmentos abdominales sexto y séptimo. Esta configuración es única y no encuentra paralelos en otros insectos fósiles o vivientes. El estudio señala que “el aparato abdominal de Sirenobethylus no se parece a nada previamente reportado en ninguna avispa actual ni, en efecto, en ningún insecto que conozcamos”.
La parte inferior de esta formación tiene forma de pala, con espinas gruesas y una hilera de cerdas largas en su borde trasero. La parte intermedia es blanda y se extiende hacia los costados, mientras que la superior es alargada y recuerda a una lengua.Microtomografías computadas permitieron visualizar músculos aductores y abductores conectados a la base del segmento inferior del abdomen, lo que sugiere que podía moverse de forma controlada. Según explican en el análisis, “los músculos aductores que se insertan en el lado inferior de los apodemas anterolaterales (estructuras internas del exoesqueleto donde se insertan los músculos) elevarían el colgajo inferior hacia el colgajo medio, cerrando el aparato, mientras que los músculos abductores que se insertan en la parte superior de los apodemas deprimirían el colgajo inferior lejos del colgajo medio”.La interpretación funcional propuesta por los autores favorece la hipótesis de que S. charybdis fue una avispa parasitoide del tipo koinobionte, es decir, un organismo que deposita sus huevos en un huésped que continúa desarrollándose. En este marco, el aparato habría servido para inmovilizar temporalmente a la presa y facilitar la inserción del huevo, según afirmaron en la investigación.
Este mecanismo contrasta con tácticas conocidas de otras avispas parasitoides, como las Dryinidae, que utilizan sus patas anteriores modificadas para sujetar a sus hospedadores. A diferencia de ellas, S. charybdis presentaba un cuerpo con extremidades más cortas y ojos más pequeños, lo cual hace improbable la persecución activa de presas. Los expertos postulan que el insecto habría adoptado una estrategia de espera: “Imaginamos que habría esperado con el aparato abierto, lista para lanzarse tan pronto como un posible huésped activara la respuesta de captura”.Finalmente, el hallazgo expone la diversidad de tácticas de parasitismo que existían en el linaje de Chrysidoidea durante el Cretácico medio, muchas de las cuales no tienen representación en las especies actuales. Como sintetiza el estudio: “Nuestros nuevos hallazgos indican que para el Cretácico medio, algunos Chrysidoidea tempranos ya habían desarrollado estrategias parasitoides únicas”.